Tonus, “un espacio gestionado por artistas, situado en el barrio malo del distrito 15 de París“. Esto es lo que podemos leer en el sitio web de Tonus. Eso marca el tono. Tendrás que mantener esa mirada feliz y jactanciosa en tu cara. Porque Tonus no pretende alinearse con el discurso del “pueblo de las Bellas Artes y del pequeño medio parisino”. De hecho, Tonus es un garaje de 30 m2 que no pretende nada sino pasarla bien entre amigos, en una bonita fiesta, alrededor de un banquete o en un trabajo inmersivo montado en tres días. Un garaje que ahora es un estudio transformado en galería cuando recibe exposiciones.
La historia de Tonus
Ahí es donde trabajan Jade y Vincent. Ella es escultora. El enorme león con el que llego a graduarse está orgulloso de tener su melena en el fondo del espacio. El es diseñador gráfico. Le gusta la edición, las palabras y los errores tipográficos. Antes de crear a Tonus, tenían una galería de carteles ambulante en un camión de carnicería restaurado.
Ahora, viven justo encima de este garaje-galería con su hija pequeña y tienen mil proyectos: montar una marca de camisas pintadas a mano, publicar un libro sobre los dos primeros años de Tonus, trabajar sobre plexiglás… ¡Comprendemos de dónde viene el nombre dinámico del lugar!
Creativos y entusiastas, esta pareja tuvo la idea de dar a su estudio una doble vida invitando a artistas durante dos semanas. Quincena durante la cual exponen libremente su obra. Ni curadores, ni galeristas, en ningún momento intervienen en la elección de las obras presentadas. Confían en la persona que han invitado, en su trabajo y en su potencial.
¿Qué tipo de arte es apreciado?
Más bien figurativo, el arte que aman deriva de la pintura de Manet, de una especie de realismo y de arte de vivir. Lejos de la tendencia ultra-digital, post-Internet y las tecnologías digitales, los artistas que presentan son principalmente de un arte crudo, material y vivo. Vicente insiste en que sea cálido y amistoso, para que siga siendo un acontecimiento de placer y no de mundanalidad. “Un vernissage es que nos reunamos, no que nos mostremos. Vincent y Jade son conscientes de que tienen la suerte de tener un lugar para exponer, por lo que hacen que otros, especialmente artistas jóvenes y desconocidos, se beneficien. La oportunidad de mostrar su trabajo, de lanzarlos de alguna manera. “Nos enorgullece saber que sin Tonus, fulano no se habría puesto en contacto con un zapato tan grande”, confiesa Vincent.
Organización de eventos
En dos años Tonus ha vivido diez aventuras: ocho exposiciones, una fiesta y una suntuosa cena celebrando el arte de la mesa. Pero siempre en un espíritu de compartir, donde el visitante es un actor indispensable del evento. Actualmente, por ejemplo, podemos descubrir la obra de Signe Rose y Louise Sartor, dos mujeres con un universo punk y offbeat. Y la experimentación no se detendrá ahí ya que, aunque la programación se inventa a medida que las reuniones y el tiempo se hacen disponibles, sigue germinando, lista para ser dibujada.
Sin embargo, no se trata de bloquear galerías, el mercado del arte y el sistema clásico de producción y distribución, sino de inventar otro que no se preocupe por el beneficio, que no tenga la ambición de representar a artistas o de tener exposiciones en una cadena. Tonus tiene el estatuto de asociación, lo que le permite conservar su libertad y gestionar así sus responsabilidades sin tener que rendir cuentas a nadie. Es esta libertad de tono, esta audacia, representativa de una determinada generación de artistas, la que produce toda esta emulación y la concreta.
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